Hay aventuras musicales que, si no hubiesen existido, habría tenido que tener mucha imaginación para crearlas. Gracias al cielo, gente como Ringo Starr, King Africa, Puturrú de Fuá, Latoya Jackson o Cañita Brava, existen para que nos echemos unas risas. Bueno, todos ellos y... ¡Milli Vanilli! Ja ja ja ja ja.
A mediado de los 80, los figurines Rob Pilatus y Fab Morgan se embarcan en la aventura de Milli Vanilli, bajo la batuta del productor Frank Farian (Boney M). Los chicos eran bailarines de...¡Sabrina! ja ja ja ja ja (sí, la del aquél infame "Boys", o "Boing boing boing", por cómo le botaban las tetas a cada saltito). En 1988, los chicos triunfan con Girl you know it's true, no se sabe muy bien por qué: las voces no eran nada del otro jueves, y uno de sus atractivos era ver a esos cachitas menear las trenzas y sus tersos culetes.
En 1990, les dan a los chicos de Milli Vanilli un Grammy (ja ja ja ja ja...¿en qué estaban pensando?) en la categoría de artistas revelación, pero...¡sorpresa! El propio productor, Farian, les traiciona y denuncia que no son ellos quienes cantan en los discos, videos o conciertos. Ja ja ja: les quitan el Grammy y el monumental escándalo echa por tierra su exitosa carrera.
El chiste viene ahora: el productor Frank Farian relanza el grupo en 1991 como The Real Milli Vanilli (¡ja ja ja ja ja!), donde ya intervienen los cantantes auténticos. El resultado: ¡otro fracaso aún mayor! Ji ji ji ji...
Mientras, en 1993, el dúo original (original...¡ja ja ja ja ja!...otro chiste) vuelven a la carga como Rob & Fab, y esta vez cantando ellos mismos. El resultado...Va, no os riais... ¡ jua jua jua jua!
Fracaso total.
Y es que donde no hay talento...