EL ESPELUZNANTE CASO DEL NIÑO QUE HACÍA PESAS
Érase una vez un niño muy pequeño, muy pequeño, de apenas 30 centímetros, a pesar de tener 5 años -la edad de la eclosión dígnica, en la que los niños aprenden la diferencia entre el bien y el mal.
El niño diminuto (sesenta segundos) se llamaba Mickey Singthestone (o sea, Miguelillo Cantalapiedra). Harto de ser objeto de burla entre los que le rodeaban por su escasa estatura, decidió destacar en algo en la vida. La oportuna emisión en la tele de una película de Schwarzenegger, "Conan el bárbaro" fue como una revelación mística para él: a pertir de entonces, sería culturista.
Pasó seis meses en el gimnasio "Musculines", haciendo pesas, abdominales, aeróbic, al tiempo que daba tonalidad a su pálido cuerpecillo con sesiones maratonianas de rayos UVA. El chiquilín se había puesto como un torete.
En fin, que con tanto abdominal, tanta pesa y tanto rayo UVa pa' ponerse morenete... que parecía una tableta de chocolate.
Y aquí acecha la tragedia: mientras Miguelillo hacía pesas con su chandal rojo le entró la modorrilla y se durmió. En ésto que apareció un voraz gordo que pretendía apuntarse en el gimnasio para rebajar grasas. Y al ver al niño tumbado en el tatami, con sus perfectos abdominales, tan morenito, el chandal rojo...¡pues que lo confundió con una tableta de chocolate Nestlé! ¡¡¡Y se lo comió!!!
Aún están buscando al gordo caníbal por tan macabro suceso (y siguen sin pillarme).
Aún más escalofriante es es suceso del niño congoleño con acné que parecía un Ferrero Rocher...
Pero esa es otra historia.
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