EL CUENTO DE LA CENICIENTA COMO NADIE TE LO HA CONTADO
Érase una vez una chica muy linda y muy buena, Cenicienta, que tenía tres hermanastras, muy malas, y muy zorras: Vómito, Diarrea y Pus, que la sojuzgaban, haciéndole barrer, coser, cocinar...En fin, que la trataban como si fuese una madre cualquiera de España.
Y había un Príncipe, Joselín de Agrialmendrita, que bebía los vientos por ella (además de litros de cerveza) y que, sabedor de que no iría a ninguna parte con la muchacha sin antes contar con el beneplácito de las hermanastras, decidió quedar con una de ellas, Diarrea, para ganarse su confianza y así lograr que intercediera favorablementepor él y conseguir los favores de Cenicienta, y la dejaran salir de picos pardos más allá de las 12 de la noche.
Pero la malvada hermanastra quería al Príncipe Joselín para sí misma (y tener con él folgaciones cárnicas) y lo intentó engatusar. Él, con muestras de asco, la rechazó... y con Diarrea la cagó. En venganza, la malvada arpía denunció al noble príncipe por acoso sexual. Con ésta falsa razón, Diarrea y las otras dos hermanastras convencieron a Cenicienta de que no volviera a ver al Príncipe. La muy tontuela hizo caso a sus pérfidas hermanas.
Éste, vencido y dolido, se marchó a tierras lejanas a combatir en Las Cruzadas pero, como no se le daban bien los crucigramas, se pasó al sudoku. Y ya nunca volvió a ver a Cenicienta y ni a José Luis Moreno ni a Macario.
Se dice, se comenta..., que Joselín triunfa ahora en un local gay de Mozambique, con un espectáculo de partir nueces con un miembro viril. Y que Cenicienta hizo el saque de honor del partido de fútbol Real Madrid-Barça con su zapato de cristal, y aún le están sacando cristalitos del dedo gordo de su precioso pie.
Y colorín colorado, este cuento es medio-inventado.
Y había un Príncipe, Joselín de Agrialmendrita, que bebía los vientos por ella (además de litros de cerveza) y que, sabedor de que no iría a ninguna parte con la muchacha sin antes contar con el beneplácito de las hermanastras, decidió quedar con una de ellas, Diarrea, para ganarse su confianza y así lograr que intercediera favorablementepor él y conseguir los favores de Cenicienta, y la dejaran salir de picos pardos más allá de las 12 de la noche.
Pero la malvada hermanastra quería al Príncipe Joselín para sí misma (y tener con él folgaciones cárnicas) y lo intentó engatusar. Él, con muestras de asco, la rechazó... y con Diarrea la cagó. En venganza, la malvada arpía denunció al noble príncipe por acoso sexual. Con ésta falsa razón, Diarrea y las otras dos hermanastras convencieron a Cenicienta de que no volviera a ver al Príncipe. La muy tontuela hizo caso a sus pérfidas hermanas.
Éste, vencido y dolido, se marchó a tierras lejanas a combatir en Las Cruzadas pero, como no se le daban bien los crucigramas, se pasó al sudoku. Y ya nunca volvió a ver a Cenicienta y ni a José Luis Moreno ni a Macario.
Se dice, se comenta..., que Joselín triunfa ahora en un local gay de Mozambique, con un espectáculo de partir nueces con un miembro viril. Y que Cenicienta hizo el saque de honor del partido de fútbol Real Madrid-Barça con su zapato de cristal, y aún le están sacando cristalitos del dedo gordo de su precioso pie.
Y colorín colorado, este cuento es medio-inventado.
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