NO SALGO DE NOCHE PORQUE NO SOY BATMAN

Salir de noche...¿por qué no? ¡Pues porque no! ¡Joer ya! (me gusta razonar las cosas).

Ahora en serio. Se trata de no hacer las cosas por sistema, por rutina. Si nadie (ni siquiera los gordos miembros de la Federación de Anatomías de Tonelaje) come cuando no tiene hambre, ¿por qué nos empeñamos en salir los fines de semana sistemáticamente?

Es ya tópico el sonsonete de "Huy, el sábado aguantamos hasta las 4 de la mañana" ¿Y cómo lo hiciste, pocholo? De pie, horas y horas en un antro, con humo a tope, música infecta, bebida de garrafón que sujetas en un vaso con 95% de hielo y hablando a gritos con el/la de al lado (si es que te habla). Cómo mola.

¿Y los maricas? No tengo nada contra ellos, pero sed sinceros: no se ven tantos de día como después de las 11 p.m. La noche es suya, vaya que sí. Y no hablemos de las pedorras y pedorros que pululan de garito en garito. Muertos vivientes que sólo aseguraríamos que están vivos si, al colocarles una serpentina en el ano, viesemos que ondula al viento ante su ventoseo compulsivo.

Pues no, people: yo no salgo por la noche. Por el día se ve mejor, las panaderías están abiertas, los bujarras están en sus cavernas, y la gente parece normal (ojo, los gays también son gente, pobres animalillos). Y la cerveza te cuesta 1 Euro, no 3 (¡que ya les vale, 'joputas!).

Así que el sábado me quedo en casa...¡Vuelve, José Luis Moreno! ¡Uh-Uuuuh!