Vaya por delante esta ráfaga merri-chistera:
Un amigo le dice a otro:
- Tío, vaya cabezón que tienes, parece una calabaza.
- Normal -dice el otro- No hago otra cosa que pensar en Josefina, en Mari Jose, en Josefa Fernanda, en Jose Toledo...
- ¿Y eso? -pregunta el amigo.
- ¡Claro! porque tengo la cabeza llena de PEPITAS
Ja ja ja ja ja.
Un tío que llega a la consulta del médico:
- Doctor, tengo un problema.
- Usted dirá -dice el médico.
- Odio a mi mujer, odio a mis hijos, a toda mi familia. Odio a mis amigos, a mis vecinos...¡odio al mundo entero! ¡Le odio a usted, doctor!
- ¿Y a mí qué me dice, joer? -dice el médico
- ¿Pues no es usted el medico del odio?
- ¡NO, DEL OÍDO, DEL OÍDO! Ja ja ja ja ja.
Otro:
- Doctor, tengo dolor en el oído.
- A ver: sí, tiene usted otitis. Échese estas gotas.
- ¿Cada cuánto tiempo, doctor?
- Pues como sólo tiene un oído mal, 60 minutejos... O sea, UNA (H) OREJA, ja ja ja ja ja.
Hablando de otitis:
¿Por qué la sensación de que te duelan los oídos es la misma que cuando te sorprendes al ver a unos monos pequeñetes? Pues porque dices "¡OH TITIS!" ja ja ja ja ja.
Un coleguilla a otro:
- Macho, qué mal lo estoy pasando con el estreñimiento.
- Yo voy como un reloj -dice el otro.
- ¡Qué envidia me das, tío!
- No creas: lo del reloj lo digo porque me voy por las patas abajo a todas horas (en inglés: i go to the legs down) y es un goteo continuo: tic toc, tic toc, tic toc... Ja ja ja ja ja.