OCURRENCIAS MERRIWANESCAS
En un pueblo de la costa madrileña, un drogata se ha fumado por error un porro hecho a base de caldo de judías y ortigas secas. El fumeta ha declarado, entre sollozos: "Si el caso es que no estaba malo, pero ahora cada vez que ventoseo, me escuece el ano..." ja ja ja ja ja.
Un príncipe bereber se ha casado con Concha, la hija mayor de las tribu de los al-mejas. Van a ser progenitores de una curiosa descendencia: los "bereberechos", ja ja ja ja ja. Qué salaos...
Por último, un dramático llamamiento: necesito, pero ya, la fórmula mágica de ese sucedáneo del bálsamo de Fierabrás que es el Tulicrem, sabor chocolate y avellanas. ¡Sí, Tulicrem! En los años setenta, la gran polémica no era si eras de Beatles o Rolling, o de Chichos o Chunguitos, o del Hércules F.C. o del Panatinaikos de Alcobendas. No. La gran elección era: ¿Nocilla o Tulicrem?
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